miércoles, 23 de febrero de 2011

Monsul en primavera.

   Si, lo reconozco! Cada playa del Cabo es mi preferida. Me pasa porque a todas les encuentro algo especial que me engancha. Aunque un lugar destacado de entre todas tiene Monsul. Es verdad que cada vez voy menos, porque cada vez hay más gente así que me decanto por playas menos transitadas durante el verano.
   Pero no pierdo la oportunidad de ir, en invierno o en primavera, cuando es más dificil encontrar visitantes por allí.

  
   Me encanta su arena finita y gris, me encantan sus rocas de formas prehistóricas, me encanta la duna, el mar que no cubre...
   Su imagen es como la imagen de mi casa, de mi tierra. Digamos que es para mí como un símbolo: cuando estoy lejos, a miles de kilómetros, y la veo en películas o en publicidad (o incluso en el famoso vídeo de Bisbal) me hace sentir un poquito más cerca de mi hogar. Me llena de orgullo encontrarme con esa imagen por los rincones del mundo.

  
  
   Tambien hace que mi cabeza se llene de nostalgia, de  recuerdos, de mi infacia, cuando ir a esa playa era como ir al fin del mundo de lo lejos que me parecía estar... De mi adolescencia, las primeras veces que me iba sola con mis amigos y teniamos que caminar desde el pueblo hasta la playa porque ninguno sabíamos conducir. Y ya más mayor, cuando haciamos ese mismo camino, pero ahora le llamabamos "senderismo"...
   Sobre la playa en si además de lo dicho he de añadir que al estar cerca del parking es de las más ocupadas, pero tambien es una buena base para visitar otras calas que la rodean, ya sea a traves de la duna, como el Barronal, o a nado bordeando la costa.
   En primavera tiene el encanto de lo verde, cuando los turistas se van la zona es conquistada por las ovejas y cabras. Genial! Un montón de manchitas blancas sobre el verde, entre las pitas y los chumbos, casi hasta el mar. Un sitio perfecto para tomar aire freco y respirar tranquilidad!

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