sábado, 18 de mayo de 2013

Jaula de oro o el helado de chocolate...

    Ayer, volvia de una semana de viaje, las 6 horas de autobus hasta Almería dan para pensar mucho. Y si el  autobusero lo que te pone es una pelicula de Chuck Norris aun más. Mis pensamientos suelen viajar más rápido que yo, por eso llegaron a casa mucho antes de que hubiera salido de Madrid. Y no me gustaba. Me sentia triste por volver, agobiada, asfixiada, oprimida...
Regresaba como un buen pajarito a mi jaula de oro.
Y me sentía culpable. Cómo gustandome tanto mi tierra, amandola, sintiendome tan orgullosa de ella, admirando cada color y cada olor que me rodea, llenandome los ojos con su luz. Cómo todos esos sentimientos pueden mezclarse con la asfixia ya comentada? Se pueden tener esos sentimientos tan contradictorios a la vez?
    Si, se puede!
Soy una gran amante de los helados de chocolate, pero... Podría comer helado de chocolate todo los días? Podría ser mi unica fuente de alimentación? NO!
Pues algo me pasa con mi tierra, que tengo un empacho considerable. Ha sido mi alimento principal en estos últimos años y necesito urgentemente cambiar de menu.
Cuando estoy fuera, respiro. Soy más yo, me riego de aires nuevos, sonrio y me sorprendo. Conocer cosas nuevas me alimenta con diferentes sabores y me llena de esa curiosidad que hace que avance y que mi tierra ya no me aporta...
   Por eso, cuanto más segura sé donde estoy, más perdida me siento.