domingo, 30 de octubre de 2011

Secuestro en Aguamarga.

   He sido víctima de un secuestro! Pero secuestro en toda regla!!! Ya me veía a mi misma pasando un domingo de otoño entre mantas y mandos de la tele. Esperando a que pasaran las horas lo mas rápido posible, deseando que se acabara ya este maldito mes de Octubre que tan poco me gusta cuando han aparecido unas secuestradoras en mi casa que bajo amenazas crueles han hecho que me vista, que parezca de nuevo persona y me han metido en un coche sin rumbo fijo...
   Objetivo final: Aguamarga... Claro, de allí no me podría escapar fácilmente!

  
 Cercano a Carboneras es uno de esos sitios que no pillan de camino a ningún sitio, quien va a Aguamarga es porque realmente quiere ir a Aguamarga. 
   Tiene todo lo que se puede desear en un pueblito Mediterráneo: casitas blancas, ventanas azules, callecitas pequeñas, bugambillas que trepan por las fachadas sin impunidad...
   Callejuelas encantadoras que no llegan a ninguna parte... A ninguna parte... Al mar. 

   Es de estos pueblos que tiene espíritu. Espíritu marinero. Y se nota. Viajeros más que turistas se mezclan con los marineros propios del pueblo. Porque a pesar de todo, parece de esos pueblos del Mediterráneo que aun no han sido explotados en masa para el bien del turismo mundial.   
   Ejemplo de esto es que no tiene siquiera paseo marítimo. Si te quieres tomar algo en una de las terracitas que salpican la playa tienes que mancharte los pies de tierra de playa... Pero que más se puede pedir? Un lujo el poder comer EN la playa pescado seguramente cogido esa misma mañana unas millas más allá... 
    Esas mismas barcas que han pescado tu comida son las que te acompañan tumbadas junto a ti. 
Si! Ahí mismo, como olvidadas, descansando. Acompañándonos en la siesta. 

   Nadie se preocupa de atarlas, los niños juegan entre ellas o incluso en ellas. Una vuelta atrás en el tiempo donde los candados no existían. Donde los niños juegan sin la mirada asustadiza de los padres. Donde solamente encontramos esto: sol, luz y tranquilidad!!

   Y así he disfrutado de mi secuestro...  Entre barcas, redes y sol...
    
   Lo cierto es que ademas de recordar de como disfrutar de las playas solitarias, recordar que cuando todo el mundo se ha olvidado de estos rincones es cuando se ofrecen solo para mí... Además de todo eso, mis secuestradoras me han recordado que el tiempo no pasa más rápido con una manta sobre la cabeza, todo lo contrario... El tiempo pasa más rápido en la quietud. Cuando todo parece no moverse, no haberse movido nunca, cuando tu única preocupación es ahondar los pies en la arena y dejar que esta recorra mis dedos haciéndome cosquillas...

Entonces miras el reloj y te das cuenta de que ya ha pasado un día más.... Un día menos!

1 comentario:

  1. Bonita reflexión, bonita conclusión, bonito lugar... Me alegro de tu secuestro. Disfruta todo lo que puedas de Aguamarga pero sobre todo de aquellas personas que te han secuestrado.

    ResponderEliminar