lunes, 28 de noviembre de 2011

La Alhambra y sus estrellas.


   Uno de mis paseos preferidos, de mis lugares preferidos del mundo, un sitio para perderme y para encontrarme. Granada!
   Hay millones de cosas que me llenan en Granada. En sus días y en sus noches. Pero de las que prefiero, sobre todo en otoño, son los atardeceres de la ciudad vista desde la Alhambra.


   Dicen que no hay nada más bonito que ver atardecer mirando la Alhambra desde el Mirador de San Nicolás, así se disfruta del sol reflejado en la piedra de la Alhambra entendiendo por fin, por que la llamaron los árabes "Fortaleza roja". Si, bien, muy bonito. Pero discrepo, para mi no es el mejor atardecer de Granada, será una más de mis rarezas, pero yo prefiero la vista contraria. Ir a la Alhambra y ver como se van encendiendo las luces a medida que oscurece. Como cuando miras al cielo al atardecer, cada lucecita, cada estrellita del Albaicín que ves desde la Alhambra, se encienden parpadeantes, débiles al principio, hasta que la fuerza de la noche les dota de esplendor en este universo de ciudad.  Me quedo observando las casitas blancas a lo lejos, la piedra "roja" me rodea iluminada tenuamente, hasta que la oscuridad y el frío me avisan de que me tengo que ir a casa. Con la sensación de haber vivido algo mágico.   Tras esto, bajo por la Cuesta de Gomérez, escuchando el agua caer, las fuentes, los árboles, sintiendo el helor de la noche... Llena de deseos... Y feliz...



   


No hay comentarios:

Publicar un comentario