lunes, 3 de marzo de 2014

Fondón y los mantecados.


   Porque no importa la lluvia si estás con las personas que te hacen feliz y porque a veces unos buenos nubarrones son un regalo de la naturaleza, por eso y por más nos lanzamos a disfrutar del mundo una polaca, una poloca y una almeriense. A disfrutar del cielo encapotado!!!


   Y paseando sin rumbo fijo llegamos a Fondón. Fondón, ese pueblo conocidísimo por todos los almerienses por su vino y sus mantecados! Solo por la calidad de sus podructos debía ser Patrimonio de la Humanidad! WoW! Qué mantecados!!! Viva CAMP!


    Pero cuando llegamos encontramos mucho más que dulces. Encontamos un pueblito minero, cautivador, con ese encanto especial que tiene la Alpujarra Almeriense, que si bien no es perfecta, ni el pueblo es el más bonito de la zona, merece la pena visitarlo.



   Para mi gusto, todos nuestros pueblos alpujarreños mejorarían con un poco de más de cuidado o un pequeño lavado de cara. Cosas tan sencillas como igualar los colores de las casas o mantener algunas de sus calles peatonales haría más atrayente este y otros pueblos para los turistas, en ese sentido la Alpujarra Granadina, la Axarquía o los pueblos Blancos de Cádiz nos llevan ventaja... Pero tambien es cierto que nuestros pueblos aun mantienen la esencia de lo autentico, ese "algo" de la vida real que otros pueblos han vendido a cambio de autobuses llenos de turistas.
   Además lo importante lo tenemos, la materia prima! El pueblo es precioso, encantador y sobre todo auténtico, el pueblo tiene vida y pequeños detalles que le hacen ser diferente. Tiene orgullo y fuerza. Un rinconcito de esos que no pillan "de camino" de nada, ideal para perderse con la naturaleza, entre vides y almendros. De esos sitios con olor a chimenea donde no importa que llueva.


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