Sobre estas preguntas llevo unos días pensando. Me parece muy curioso pensar en como cambiaría nuestra forma de relacionarnos si el dolor emocional se tradujera en dolor físico.
Este síndrome (porque no me gusta llamarlo enfermedad) en gran medida se produce porque nuestros intestinos estan en relación directa con nuestro cerebro, de tal manera que si algo nos afecta emocionalmente nuestro intestino se revoluciona y empieza a comportarse como si tuvieramos un alien en nuestro interior. Hay más motivos y cada persona es un mundo, por supuesto, pero en mi caso las emociones son el desencadenante de mi dolor abdominal (y de esas otras muchas cositas que antes no os he contado y no voy a contar ahora).
Por supuesto, no voy a echar la culpa a los demás de mi síndrome! Eso sería injusto! Es mi cerebro y su forma de tomarse las cosas (osea, yo) el que tiene la culpa del mismo... Pero... Eso no quita para que si alguien me hace daño, mi cerebro me hace daño físico. Y no lo puedo evitar... O bueno, si, si lo podría evitar! Cuando descubrieron que tenía este síndrome mi médico digestivo me recomendo que tomara unas pastillas, un inhibidor de la serotonina que se suele usar para tratar las depresiones. Si me lo tomo, dejaría de sufrir las consecuencias del SII, no tendría disgustos ni me dolerían los sentimientos. Pero tampoco reiría a carcajadas ni echaría la lagrimita al final de una peli, es decir, tambien perdería la pasión. Estaría siempre más o menos, en la misma posición anímica... Sin sentir ni padecer, sin frio ni calor... A lo cual yo me negué.
Y en esas estoy! Que cuando me hacen daño no sólo siento lo que todas las personas sienten, sino que físicamente siento ese mismo dolor en mi cuerpo... Y según me hagan más daño o menos, físicamente sufro más o menos... Y según me dure más o menos días la pena, mi cerebro de ensañará más o menos días conmigo. Estas navidades llegué a estar 4 semanas así y ahora llevo una semana, aunque he de reconocer que lo normal es de uno a tres días.
Pero no estoy sola! Se estima que afecta a un 25% de la población mundial y en España un 12% de la población la padece. Un 25%! Eso significa una de cada 4 personas! Aunque por supuesto no todas con los mismos síntomas que yo o en la misma intensidad, los sintomas son muy variados e incluso opuestos y las intensidades también.
Pero pensad en cuantas personas han pasado por vuestras vidas... 100? 50?? A cuantas personas habeis hecho daño emocional alguna vez? A 20? 10? 5? Supongamos que sois buena gente y sólo a 5. Pues de esas 5 es posible que a 2 le hayais hecho tanto daño como si les hubierais dado una patada fuerte en el estómago. Y sin embargo no os habeis ni enterado... Qué pensaríais si vierais a una persona pegando a otra? Muchos nos sentimos incapaz de pegar a alguien o ser violentos... Sin embargo hacemos daño sentimental con nuestras actitudes o palabras y creemos que es un mal menor.
Me parece que merece la pena reflexionar un poco en nuestra relación con los que nos rodean y pensar en el poder de los sentimientos. Porque a algunos, como a mí, las palabras nos duelen literalmente.